La frustración con la austeridad derriba al gobierno de Portugal

11/10/2015 - LISBOA (EFE Dow Jones)--Una alianza de izquierda en el nuevo Parlamento de Portugal derribó el martes al gobierno conservador de minoría, lo que aumenta la presión sobre el presidente del país par

Economia Internacional

Gobierno conservador portugués cae tras moción de partidos de izquierda

 

LISBOA (EFE Dow Jones)--Una alianza de izquierda en el nuevo Parlamento de Portugal derribó el martes al gobierno conservador de minoría, lo que aumenta la presión sobre el presidente del país para que nombre primer ministro al líder de la oposición, del Partido Socialista y contrario a las políticas de austeridad que prevalecen en la eurozona.

 

La moción de rechazo del programa de gobierno del primer ministro Pedro Passos Coelho, con sólo 11 días en su segundo mandato, se produce tras cuatro años de fuertes recortes de gasto y subidas de los impuestos para cumplir las exigencias de los acreedores del país, cuya economía, aunque ahora crece nuevamente, se contrajo acusadamente entre 2011 y 2013.

 

La rebelión del Parlamento es la señal más reciente de cómo ha cambiado el panorama político de Europa en los años de recesión y dolorosa recuperación: ha aumentado la popularidad de los partidos más pequeños que prometen restablecer los ingresos perdidos por trabajadores y pensionistas, contraviniendo las restricciones fiscales impuestas por la rama ejecutiva de la Unión Europea.

 

El rechazo del martes al programa de Passos Coelho, por 123 votos en contra frente a 107 a favor, ha puesto fin automáticamente a su mandato. El presidente Aníbal Cavaco Silva le había pedido que siguiera en el cargo después de que su coalición de centro-derecha lograra el mayor número de votos en las elecciones parlamentarias del 4 de octubre, aunque perdió la mayoría en favor de un conjunto de partidos de izquierdas.

 

Aunque el presidente podría nombrarle primer ministro en funciones hasta la celebración de nuevas elecciones, la votación ha reforzado el pulso del Partido Socialista para gobernar.

 

Los socialistas han fraguado una coalición con el Bloque de Izquierda, los comunistas y los verdes, tres formaciones de extrema izquierda que se oponen a que Portugal siga perteneciendo a la Organización del Tratado del Atlántico Norte y que desean dejar de usar la moneda común europea.

 

Estos partidos han sido duros opositores de socialistas y conservadores en las cuatro décadas en que se han repartido el poder. Pero tras las elecciones de octubre, las formaciones de extrema izquierda llegaron a un acuerdo para apoyar a un gobierno en minoría liderado por el líder socialista, Antonio Costa.

 

“Se pueden mejorar las rentas de las familias sin compartir la misma opinión sobre la OTAN”, dijo Costa. “Se puede aliviar la asfixia física de la clase media aunque no estemos de acuerdo sobre la nacionalización del sector energético”, agregó.

 

Cavaco Silva, un conservador que pertenece a la misma formación política que Passos Coelho, debe decidir ahora quién dirigirá el país.

 

Luis Marques Mendes, ex dirigente del Partido Social Democrático de Passos Coelho, cree que Cavaco Silva entregará las riendas del país a Costa porque la alternativa, un gobierno en funciones, sólo tendría poder constitucional para aprobar leyes de emergencia de corto plazo y, por ley, las nuevas elecciones tendrían que esperar hasta junio. “No creo que el presidente esté siquiera considerando esa hipótesis”, señaló Marques Mendes.

 

Costa ha prometido descongelar las pensiones, reducir el impuesto a los restaurantes del 23% al 13%, modificar los tramos del impuesto sobre la renta para ofrecer más asistencia a las rentas bajas y devolver los salarios de los funcionarios a los niveles de 2011.

 

Además, ha dicho que elevará gradualmente el salario mínimo, devolverá cuatro festivos nacionales eliminados por mandato del programa de rescate, interrumpirá la privatización de las empresas de transportes y renegociará la venta de la aerolínea nacional TAP Portugal para que la mayor parte de ella quede en manos del Estado.

 

El programa socialista fue elaborado por Mario Centeno, un respetado economista luso que trabajó en el banco central del país, y se asienta sobre el convencimiento de que con más dinero en la mano, los ciudadanos gastarán más y levantarán la economía. Además, promete respetar el límite de déficit público del 3% del Producto Interior Bruto o menos impuesto por la UE. Y con el acuerdo tácito de los partidos de extrema izquierda, mantendría a Portugal en la OTAN y en la eurozona.

 

Pero este programa levanta escepticismo en algunos sectores. “El problema con este enfoque es que es probable que genere serias dudas sobre la capacidad de Portugal de mantener el déficit público por debajo del 3%”, dijo Antonio Barroso, analista de la consultora de riesgo político Teneo Intelligence, que además cree que un gobierno socialista sería frágil porque tendría que librar una batalla constante entre “cumplir las políticas centristas y responder ante sus aliados políticos escépticos con la economía de mercado”.

 

La incertidumbre política desde las elecciones ha elevado las rentabilidades de la deuda portuguesa a 10 años, que el martes se situaba en el 2,77%.

Visitas: 4

Ultimas Noticias